Dicen que la necesidad aguda el ingenio. Quizás es por eso que hasta que no tenemos enfrente el pavoroso rostro del paro, los embargos, las tarjetas de credito rechazadas o el no llegar a fin de mes, no somos conscientes de la numerosa batería de posibilidades que tenemos ante nosotros para salir indemnes (o como mínimo poco dañados) de esta tan manida crisis.
Por tanto, vamos a tomarnos esta crisis como la oportunidad de aprender a como sobrevivir ante lo que denomino "complejo de pobre".
El complejo de pobre es la estúpida preocupación que algunos tienen de aparentar que somos lo que no somos. Ni hemos nacido (gracias a Dios) como Paris Hilton, ni (por suerte) nuestro primo es un cargo público en el ayuntamiento.
Somos lo que somos, y hemos de aceptarlo. Y sobretodo hemos de dejar de admirar y de aplaudir a los que viven como rajás a costa de nosotros mismos: políticos, funcionarios, rascaescrotos, vividores, pelotas, ventajistas, chanchulleros, gualtrapas, fulleros, chorizos... es decir, todos aquellos a los que alguna vez, con absurdo tono entremezclado de admiración y envidia pordiosera, hemos mascullado entre dientes un "que cabron...y que suerte la suya".
Ni suerte ni narices. La suerte hay que salir a buscarla. Así que se acabaron los lloros...
Nos vamos a reir de esta crisis en las narices.
Se acabaron los topicazos consumistas autocomplacientes de "lo barato sale caro", "si es tan barato, por algo será" o "quien quiere calidad, tiene que pagarla"...
Y para ello, comenzamos con la Economía de Guerra, la sección de este humilde blog que nos abrirá los ojos sobre las gangas, los chollos, lo gratis, el más por menos... es decir, todo aquello de lo que siempre hemos sabido que existía pero que nuestra autocomplacencia consumista nos impedía mirar de cerca.
¡Bienvenidos!
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